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jueves, 11 de octubre de 2012

LOS JUDÍOS DEMANDAN SEÑAL DE JESUCRISTO (Mateo 12:38-45; Lucas 11: 29-32).



Los escribas y fariseos les pedían al señor que le diera una señal como evidencia de que realmente el era lo que el pretendía ser, pero el maestro le dice que su problema no es de falta de evidencias, sino de poca fe. Ellos pedían luz, cuando lo que necesitaban era un corazón que la dejara penetrar.

Jesús les dijo que solo la señal de Jonás les será dada, la cual consiste que como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días, así de requiere que el este tres días y tres noches en el corazón de la tierra (Enterrado).

Los ninivitas serian los jueces de ellos, pues escucharon someramente la predicación de Jonás y con su arrepentimiento demostraron que su mensaje era creíble. Mientras que los escribas y fariseos habían oído y visto lo que Jesús hizo y todavía conservaban duro el corazón.

Igualmente la reina del Sur (Saba), se levantaría en juicio en contra de ellos y los condenaría, porque ella vino de lo mas lejano de la tierra (Etiopía en África), dudando lo que había escuchando de Salomón, pero viendo la evidencia no permaneció en la dureza de su corazón, sino que reconoció que estaba equivocada y le dio la honra debida a Salomón. Con cuanta más razón ellos debían valorar y reconocer lo que hacia Cristo, el cual es mas gran de Jonás y Salomón.

Por este estado de oscuridad espiritual en que ellos estaban, Jesús los compara con un endemoniado, cuyo espíritu impuro sale de él, y luego regresa y trae consigo siete demonios para ser el estado final del hombre peor que el primero.

La explicación parece tener que ver con los siguientes hechos: Primero; esa generación había hecho algunos cambios en repuesta a la predicación de Juan El Bautista (El espíritu inmundo había salido de ellos). Luego, como esos cambios no fueron permanentes ni totales (No remplazaron el espíritu inmundo con el Espíritu Santo), rechazaron a Cristo y no creyeron en las señales que el hizo (Mateo 12:24,41). Entonces, como resultado de no haber en ellos una conversión verdadera, volvieron a su antigua vida de pecado, que habían dejado por haber oído los mensajes de Juan El Bautista. Finalmente, no se conformaron con no creer en Cristo, sino que también lo hostigaron, lo persiguieron y lo mataron, (Su postrer estado vino hacer peor que el primero).---Estas interpretación final esta basada en una explicación dada por el hermano Larry White---.
 Finalmente debemos tener pendiente que es muchas veces más fácil dejar de hacer lo malo que aprender a hacer el bien (Isaías 1:16-18). Por eso debemos ocuparnos en buenas obras y en llenar nuestras vidas de pensamientos y hechos productivos (Mateo 5:13,14; Filipenses 4:8). Así tendremos nuestra casa llena, y al volver el espíritu inmundo, encontrará nuestra casa llena (1Corintios 6:19,20).

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