El nacimiento de Jesús sucede en una aldea insignificante de Israel, en Belén (Miqueas 5: 2), pero su nacimiento había de tener repercusiones a nivel mundial, y por eso Lucas lo sitúa dentro de un contexto general en que vivía el mundo en ese entonces (Véase Lucas 2:1-14).
Cesar Augusto era el emperador romano del momento (Lucas 2:1).
Augusto reinó hasta el 14 d.C., y promovió el orden y la paz en todas las ciudades del imperio, y ordeno un primer censo de las provincias romanas, el cual encargo hacer a Cirenio, gobernador de Siria.
Este censo obligaba a los judíos ir a inscribirse en su ciudad de origen. José, por ser de la descendencia de David, tuvo que ir para empadronarse en Belén (Lucas 1:27).
María estaba embarazada y estando en los asuntos relacionados con el censo, se le cumplió el tiempo del alumbramiento, “Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7).
La ciudad de Belén fue el escenario de este singular acontecimiento. Esta ciudad está situada a unos 9 kilómetros al sur de la capital Jerusalén. Se piensa que tiene más de 4 mil años de edad, y fue llamada “Efrata” en sus orígenes. Actualmente se conoce como EPHRAT, pero los árabes la llaman Beit Sahm, que significa “Casa de Pan”
En el año 330 d. de J.C. Constantito edificó un templo arriba de la cueva que era usada como establo, que se piensa fue el escenario del nacimiento de Cristo. Este lugar todavía hoy existe allí, y es la principal atracción del pueblo, especialmente para los turistas.
En Belén dio a luz María su primogénito (En griego Prototokos), NO su unigénito (En griego Mono genes), pues tuvo otros hijos e hijas (Lucas 8:19,20; Mateo 13:54,55).
Jesús al nacer tuvo que ser colocado en su pesebre, pues por la cantidad de gente que había ido a empadronarse, el único Mesón del lugar estaba lleno. Claro que esto formaba parte del plan de Dios de hacer que el Rey de Reyes y Señor de Señores naciera en las circunstancias más humildes posibles.
Los pastores fueron los primeros en oír del nacimiento del Salvador y los primeros en visitarle (Lucas 2:8-20). Esto también era parte del plan de Dios, ya que los pastores por ser personas de poca educación (Generalmente) y poco tiempo para llevar las observancias de la ley, eran menospreciados y tenidos en menos. Por esto, representan a las personas sencillas que eran llamadas “El pueblo de la tierra”. No eran personas que se enorgullecían de sus conocimientos o de su cumplimiento de la ley. A estos escogió Dios para recibir las primicias de la noticia más importante de la historia (1Corintios 1:27,28).
El verso 8 nos dice que estaban, es decir, habitaban a campo raso, mientras cuidaban sus ganados en las vigilias de la noche. Esto nos hace pensar que no era invierno, pues para esa época por el frío en Belén, con temperaturas cercanas a los 0 grados, no era habitual sacar los ganados al campo. Este periodo abarca generalmente desde mediados de Noviembre hasta finales de de Marzo.
Por lo cual, podemos concluir que Cristo no nació el 25 de Diciembre, pues se estaría en pleno invierno en Belén. Si condieramos que Augusto César ordenó un censo, es logico pensar que no haría viajar a toda una multitud en tiempos tan dificiles (Compare con Mateo 24:20). Es la tradición religiosa la que sitúa esta fecha como la real, pero la Biblia no nos dice en que mes o día nació Jesús ni tampoco nos manda a celebrar su cumpleaños en la llamada navidad. Recuerde que todo lo que hacemos o decimos para el Señor, debe contar con su autorización (Colosenses 3:17).
A estos pastores un ángel se les apareció para darles la noticia y les explicó como llegar a aquel lugar, lo cual no le resulto difícil, ya que solo había un solo pesebre en aquella ciudad.
Luego aparecieron una multitud de ángeles que alababan a Dios y decían “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombre en quienes el se complace” (Lucas 2: 14), versión Biblia de las Américas).
Los manuscritos difieren en la redacción de Lucas 2:14. Algunos dicen “Buena voluntad para los hombres” mientras que otros dicen “Paz, entre los hombres de buena voluntad”. La lectura que cuenta con mas respaldo es como la que sigue: “Gloria a Dios en las alturas; y en la tierra, paz entre hombres de buena voluntad” (hombres de Dios).
El nacimiento de C risto significó gloria para Dios porque había sido una obra maravillosa la que se había hecho. También significo que los hombres de Dios por fin tendrían paz en la tierra.
Prueba de lo que dice este verso es que los pastores una vez encontraron al niño se fueron glorificando y alabando a Dios por los que habían visto y oído (Verso 20).
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