¿Alguna vez te has hecho esta
pregunta?. Esta es, sin dudas, la pregunta más importante que puedas hacerte en
toda tu vida, y la única fuente que tiene una respuesta confiable es la Biblia.
Piensa bien en la forma en que vas
a reaccionar a la repuesta que la Biblia da a esta pregunta, porque de tu reacción dependerá donde vas a
pasar la eternidad.
La Biblia dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8,9).
La salvación se le imparte al ser humano
“Por la gracia de Dios”, es decir, por su misericordia, por su gran amor y no
porque el hombre la merezca. No hay dinero en el mundo para comprarla, ni
buenas obras para ganarla. Solo por medio de la fe se puede obtener este regalo
inmerecido de Dios. Así que, nadie se puede jactar de merecerla, de haberla
comprado o ganado.
Cuando al apóstol Pablo y a Silas le
preguntaron: “Señores,
¿qué tengo que hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30). Su respuesta inspirada
fue: “—Cree en el Señor Jesús;
así tú y tu familia serán salvos” (Hechos 16:31). Hay que tener fe en
Jesucristo, porque él es el único salvador. “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el
cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4:12).
Pablo y Silas le predicaron al carcelero y a su familia y
todos ellos aceptaron a Cristo como su Señor y fueron bautizados: “Luego les expusieron la palabra de Dios a él y a
todos los demás que estaban en su casa. A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las
heridas; en seguida fueron bautizados
él y toda su familia.”
(Hechos 16:21,33).
Esto que Pablo y Silas hicieron coincide
plenamente con lo que Jesucristo enseñó que hay que hacer para ser salvo. Jesús
dijo: “El
que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:16).
Al apóstol Pedro y a los otros 11 Apóstoles les hicieron la
misma pregunta: “dijeron
a Pedro y a los demás apóstoles: “Hermanos, ¿qué haremos?”.
La respuesta de estos 12 hombres inspirados por el Espíritu Santo fue esta: “Entonces Pedro les dijo:
“Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre
de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:37-38).
Esta respuesta coincide con lo que Cristo
había enseñado sobre la necesidad del arrepentimiento para ser salvo. “que en Su nombre se predicará el
arrepentimiento para el perdón de
los pecados a todas las
naciones, comenzando desde Jerusalén.” (Lucas 24:47).
Solo hay que mencionar un requisito Bíblico más, el cual es
confesar delante de los hombres que Jesucristo es el Señor. “que si confiesas con tu boca
que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de
entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” (Romanos 10:9-10).
Esto es todo lo que la Biblia enseña que
hay que hacer para ser salvo. No te dejes confundir por ningún hombre. Son cuatro simples pasos que debes dar:
1- Creer en Cristo.
2-
Arrepentirte de tus pecados.
3- Confesar delante de los hombres que
Jesús es el Señor.
4- Ser Bautizado.
Al hacer esto, recibirás el perdón de tus
pecados y el Espíritu Santo como regalo, el cual es la garantía de nuestra
salvación (Efesios 1:13).
EL Señor mismo te añadirá a su iglesia, donde
encontraras todas las herramientas y el apoyo necesario para perseverar hasta
el fin, mientras esperas la venida de tu salvador Jesucristo.
¿Cuál es ahora tu reacción a lo que la
Biblia enseña sobre la salvación?. Si deseas obedecerlo ahora mismo, comunícate
con nosotros y con gusto te ayudaremos.
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verdad”
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