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sábado, 18 de junio de 2011

¿QUÉ BIEN HARÉ PARA HEREDAR LA VIDA ETERNA?


Este tema trata de la pregunta que un principal entre los judías, un hombre joven y rico le hiciera a Jesús viniendo a él.

Marcos 10_17-22 dice:
"Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. "


1- Este joven rico había llegado a una encrucijada en su vida. Tenía dinero y todo lo que éste puede comprar, pero se sentía vació, le faltaba la vida eterna. Saber que tenemos la vida eterna nos brinda una sensación de seguridad y satisfacción que nada en este mundo se le puede comparar.

2- Así hay muchas personas que están en esa encrucijada, tienen que decidir que hacer y no saben qué camino tomar. En lo más profundo de su ser sienten un vació y no están seguros del propósito de sus vidas, pero han venido al lugar correcto, han venido a Jesús. Jesús no solo les mostrará el camino correcto, sino que él mismo es el camino, y es la vida (Juan 14:6).

3- Este joven estaba muy familiarizado con el tener y heredar o recibir, pero no era muy bueno para el dar o renunciar. Muchos quieren la vida, más no desean pagar ningún precio por ella.

4- Jesús traza dos caminos con dos destinos completamente diferentes (Mateo 7:13,14). Un camino ancho y cómodo. Es fácil de llevar, no tiene que hacer sacrificios y es el que la mayoría de las personas toma, pero al final lleva a la perdición. Hay también un camino angosto, en el cual hay sacrificios y renuncias de las cosas pecaminosas, pero al final lleva a la vida eterna.

5- El joven preguntó ¿Qué debo hacer para tener vida eterna?. Era un hombre joven y era rico, pero estas cosas no le eran suficientes. Él quería una vida, no simplemente una existencia. El guardaba la ley de moisés, iba al templo y a la sinagoga y era religioso, pero su vida seguía vacía. ¿Cuántos de nosotros tenemos una religión y cumplimos mandamientos, pero sentimos que nos falta algo?

6- Hay un vacío, un abatimiento y a veces una culpa, y ya no bastan las bebidas, las mujeres, el dinero o hasta las drogas para taparlo. Tampoco lo llenan guardar mandamientos o cumplir actos religiosos; nuestra alma necesita algo más.

7- Por eso, en vez de preguntar cuanto cuesta la vida, se pregunto si en verdad lo necesitaba y lo deseaba y si podía hacer algo para recibirla.

8- Primero Jesús le manda a guardar 5 mandamientos que estaban en la segunda tabla de piedra y que representan nuestra relación con los demás. No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre (Lucas 18:20). Él los había guardado todo, pero le faltaba una relación con Dios.

9- La respuesta del joven fue: “Todo esto guardé desde mi juventud: ¿qué más me falta?” (Mateo 19:20). Interesante la respuesta del joven rico. Si tenia juventud, riqueza, fama y reconocimiento social (era un principal en el pueblo Judío dice Lucas 18:18), y guardaba los mandamientos de Dios desde se juventud, ¿Por qué seguían sintiendo que le faltaba algo? ¿No se supone que tenía todo lo que se puede desear?

10- Jesús en su respuesta lo desafía: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y da lo á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.”. (Mateo 19:21). Con esto le enseñaba que la vida no consiste en los logros ; Pues él todos los mandamientos lo había guardado, ni en la posesión ; Pues él tenia muchas posesiones, sino que el verdadero sentido de la vida se encuentra en las relaciones.

11- Si no tienes una buena relación con Dios no tienes vida eterna .1Juan 5:11,12 enseña: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

12- Dios es un ser personal. Esto significa que tiene inteligencia, sentimientos y voluntad. Por eso nosotros lo tenemos también porque estamos hechos a su imagen y semejanza (Génesis 1:26,27). Conocerlo y tener una relación con el le da sentido a nuestra vida.

13- Pero conocer a Dios también nos da la vida eterna. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (Juan 17:3).

14- Si no tienes buenas relaciones con los demás, tu vida estará vacía y carente de significado. Para tener buenas relaciones con los demás debes tener buena relación con Dios.La relación con Dios es la rectora de las relaciones humanas.

15- El joven se fue triste porque tenia muchas posesiones, o mejor dicho, las posesiones lo tenían a él. Es bueno recordar que nada hemos traído a este mundo y nada nos llevaremos de él (1Timoteo 6:6-10). De modo que el quería la vida, pero no quería pagar el precio por ella (Lucas 14:33).

16- No a todos Jesús les pide que vendan lo que tienen, pero si nos pide que hagamos sacrificios de aquellas cosas que más nos atan, pero que solo nos brindan una existencia, pero no nos dan la vida. Pedro, Jacobo y Juan tuvieron que dejar su redes para seguirle (Lucas 5:11). Mateo también tuvo que sacrificarse y dejar la mesa donde cobraba sus impuestos (Lucas 5:27). Tú también tendrás que hacer sacrificios para entrar por el camino angosto y conseguir la vida eterna.


CONCLUSIONES:

1- Imitemos el ejemplo del joven rico de venir con diligencia hasta Jesús y arrodillarnos a pedir su consejo.

2- Imitemos su ejemplo en investigar siempre ¿Qué más me falta?.

3- No imitemos su reacción al llamado de Jesús. Si Jesús nos llama vamos a dejarlo todo, y a renunciar a todo para seguirle (Lucas 14:33; 5:27).


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