Introducción.
Predicar es dar a conocer el mensaje de Cristo. Es la principal misión de la iglesia, pues el Señor encomendó a sus discípulos a ir por todo el mundo y anunciar el evangelio a toda criatura. Las personas que creyeran al evangelio fueran bautizadas, serían salvas (Marcos 16:15,16). Siendo la salvación del alma humana la cosa de más valor que hay, es pues, la predicación del evangelio, la tarea más importante que alguien pueda realizar sobre la tierra.
Pero predicar el evangelio no es simplemente abrir la boca y decir a la gente que Cristo les ama, sino que implica una serie de factores que debemos conjugar hábilmente con la ayuda de Dios para ser exitosos al momento de ayudar a rescatar las almas perdidas.
I- ASEGURESE DE SU PROPIA CONVERSIÓN.
a) Es muy difícil convencer a alguien de algo que uno mismo no está convencido. David dijo: “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. ENTONCES enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti” (Salmos 51:12,13). Como puede verse, David necesitaba sentir EL GOZO DE SU SALVACIÓN para poder enseñar con éxito el camino de salvación a los pecadores.
b) Los fariseos enviaron algunos alguaciles para oír a Jesús y sorprenderlo diciendo algo que pudiera usarse en su contra, pero al regresar de su misión solo pudieron decir: “!Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46). Jesús era tan poderoso en su exposición de la palabra, que hasta muchos de sus adversarios quedaban convencidos. La explicación a este poder de convencimiento la encontramos en las palabras de Mateo 7:29: “…Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”.
c) Job dijo: “De oídas te había oído; Más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Después de pasar por su gran aflicción, Job adquirió un conocimientos experimental de Dios; lo que algunos llaman “Un encuentro personal con Dios”, el cual le transformó totalmente, y lo convirtió en una persona capaz de orar por los amigos que lo habían acusado sin conocimiento de causa. Esto hizo de Job un hombre más influyente en términos espirituales para con sus conocidos. Nosotros también necesitamos ese encuentro personal con Cristo para que nuestro mensaje refleje esa convicción de lo que creemos.
II- ADQUIERA SENTIDO DE MISIÓN.
a) Nos referimos al peso de responsabilidad que significa que tenemos un mensaje que es el único que puede salvar las almas, y saber que tenemos un tiempo limitado para darlo a conocer.
b) Jesús tenía este sentido de misión. Le era NECESARIO hacer la obra del que le envío, entre tanto que el día dura (Juan 9:4). Cuando los discípulos insistían para que él comiera, les respondió que su comida era hacer la voluntad del que le envió, o sea, predicar el evangelio a las almas que se acercaban para oír su mensaje (Juan 4:31-42).
c) Pedro, Juan y los apóstoles también tenían ese sentido de misión. Cuando le quisieron prohibir que predicaran en el nombre de Cristo ellos contestaron: “…Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:19,20).
d) Pablo tenía ese sentido de Misión, al punto de dijo: “Ay de mi si no anunciare el evangelio” (1Corintios 9:16,17).
e) La iglesia también tuvo ese sentido de misión, y no renunció a predicar el evangelio ni siquiera en medio de la persecución (Hechos 8:1-4; 11:19).
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