1era. Parte
"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa."
Una mañana se dispone doña Martha a barrer el frente de su casa, observa que Joan de 5 años, hijo de una vecina, está desobedeciendo a su hermana mayor, Martha se indigna y entra a su casa. Horas más tarde mientras asea, piensa en Manuela la joven de la congregación que según le comentó una hermana la ven constantemente hablando con jóvenes de dudosa reputación; medita cuan desordenado está el mundo y ora a Dios por el cambio de esas personas.
Hermosa plegaria la de Martha, estimable que medite y sufra por la desobediencia de los niños y la desorientación de los jóvenes, pero yo pienso que a luz de la Biblia, Martha puede hacer más, que todos podemos hacer más.
Actualmente la humanidad se ha sumergido en una cultura de individualidad, del bien propio sin importar cómo y de un mal interpretado respeto al derecho ajeno; en los últimos años se nos ha vendido la idea de que como viva mi vecino, amigo o quien sea, ese es su problema, nos han convencido que cada quien es dueño de sus actos y cada padre cría como quiere, hemos asumido que si queremos mantener la paz debemos dejar que las personas que nos rodean tenga su privacidad, no sea que se ofendan o que me crean un entrometido, olvidándonos que el amor involucra querer el bien del prójimo y a veces nos corresponde ser la lucecita que les ilumine o la vocecita que les aliente o recrimine. si os amarais los unos a los otros, todos conocerán que sois mis discípulos... Juan 13:35.)
Tenemos que asumir que la forma en que nos comportamos, nos educan o educamos, se reflejará en nuestra sociedad, siendo entonces necesario que ante comportamientos impropios y perjudiciales busquemos la oportunidad de evitarlos, concientizando, informando y corresponsabilizándonos de estos, ayudando así a crear mejores personas y mejores hogares. No quiere decir que estaremos interviniendo en la privacidad de nuestro prójimo, sino que las acciones negativas que se reflejan, nos serán señales para orar al señor de que nos dé las palabras y oportunidad de llamar a reflexión a fin de que ésa persona cambie u observe su falta. Con el silencio solo nos hacemos cómplice de las malas acciones, sentarnos a ver como mi amiga pierde la autoridad sobre sus hijos o como los comentarios crecen, escudándonos sobre un derecho a la privacidad, nos aleja del verdadero amor, pues Dios aunque nos permite la libre elección, nos legó su palabra la cual como bien nos enseña: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo.3:14-17)
Sea hoy buen día para empezar por nosotros mismos abriendo nuestro corazón y mente ante los consejos que recibamos y todo entendimiento al ver las acciones que puedan perjudicar el buen desarrollo de los que nos rodean. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. (Colosenses 3:14)
Ángela Bello (Verónica)
1 comentario:
Estoy plenamente de acuerdo con lo planteado en este articulo, pues son muchas las ocasiones en que hemos visto a alguien cometer faltas, aun sin darse cuenta, pues muchas veces somos inconcientes de lo que hacemos, pero nosotros quienes observamos entendemos que no es nuestro asunto.Tememos que involucrarnos. No aconsejo que seamos acusadores, sino que nos acerquemos en el amor de Cristo con humildad y hagamos nuestro aporte.Si queremos un mundo mejor, si queremos una iglesia mas fuerte, tenemos que involucrarnos.
Publicar un comentario