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sábado, 10 de octubre de 2009

JESUCRISTO: EL UNICO CAMINO (1 DE 2)



I- CRISTO FUE MOLIDO POR NUESTROS PECADOS (ISAÍAS 53:5).


1- El pecado es resultado del egoísmo del hombre. Trae como consecuencia la muerte física del ser humano (Romanos 5:12), pero también la muerte espiritual (Romanos 6:23). Cristo acepta pagar con su vida el precio de nuestra redención. Él no tenía que hacerlo, pero por amor decidió ser: “...Herido por nuestras rebeliones, molido por NUESTROS PECADOS; el castigo de NUESTRA PAZ fue sobre él, y por su llaga fuimos NOSOTROS CURADOS” (Isaías 53:5).

2- Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Como ser humano fue tentado en todo igual que nosotros, pero nunca cedió ante la tentación (Hebreos 4:15). Por esto vivió una vida perfecta sin pecar jamás (1Pedro 2:21-24). Su sangre preciosa constituye el único remedio capaz de quitar nuestros pecados (1Pedro 1:18,19). Su sacrificio hecho en sustitución nuestra es aceptado por el Padre porque es la muerte del JUSTO POR LOS INJUSTOS (2Corintios 5:21).

3- Para hacer el trabajo de sustituirnos el Señor tuvo que pasar por cosas muy difíciles. Lo primero que tuvo que sufrir fue el rechazo y el menosprecio de los de su propio pueblo (Juan 1:11). Fue menospreciado por ser pobre y no tener abolengo (Isaías 53:2; Juan 1:46). Por no ser la clase de Mesías que ellos deseaban (Juan 5:39-43). Por juntarse con los despreciados de la sociedad (Lucas 7:31-34).

4- Pero Jesús sufrió mucho también en el aspecto físico. Fue golpeado, escupido en el rostro y abofeteado varias veces (Mateo 26:57,67). Los romanos le azotaron antes de crucificarle (Juan 19:1). En estos procesos muchos presos morían, porque eran unos azotes de tres cuerdas, con pedazos de metal o huesos entretejidos en las puntas de las cuerdas. Un verdugo daba 49 de estos azotes en la espalda desnuda del reo (Esto le hicieron a Cristo).

5- Además le pusieron una corona hecha en base a espinas la cual causaba un intenso dolor en la frente del reo y le provocaba infecciones purulentas.

6- Finalmente le obligaron a cargar una cruz hasta el lugar de la crucifixión. Jesús estaba tan débil por los azotes que no pudo cargar la cruz (Mateo 27:32). La cruz era un instrumento cruel de tortura. Los romanos no lo aplicaban a sus ciudadanos, sino a los de otras naciones para mantenerlos sujetos. Los médicos dicen que además de los horribles dolores y calambres, los clavos producían una fuerte infección e inflamación de los tejidos del crucificado. Esto iba acompañado de intensa sed por la deshidratación. Además los músculos de las manos y de los pies se desgarraban poco a poco por la fuerza que ejercía el peso del cuerpo que descansaba en los clavos. El reo tenía dificultad para respirar, porque la presión de la sangre era afectada por los fuertes dolores. También sufrían fiebres, convulsiones, mareos, alucinaciones y desmayos. Si a esto le sumamos las burlas del pueblo que fue a verlo, podemos tener un cuadro más o menos fiel del dolor físico que pasó Jesús. Ahora, por favor, lee detenidamente Isaías 53:4-5.


II- CRISTO ES LA GRAN MUESTRA DE AMOR DEL PADRE (ROMANOS 5:6-8).

1- Uno de los textos Bíblicos más conocidos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). El amor de Dios hacia nosotros lo lleva a sacrificar lo más preciosos que tenía, que es su único Hijo. Para Dios el alma de una sola persona vale más que todo lo que hay en la tierra (Mateo 16:26,27). El Padre no puede permitir que tú te pierdas sin hacer su mejor esfuerzo, porque para Él vales muchísimo. (Compara con Lucas 15:1-6).

2- La Biblia enseña como todo ser humano ha pecado (Romanos 3:10), a causa de lo cual estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Lo que merecen nuestras infidelidades al creador es castigo eterno (Apocalipsis 21:8). No tenemos derecho a exigir nada a Dios. Él nos lo ha dado todo, pero no hemos correspondido a esa inmensa bondad. A pesar de eso: “...Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”(Romanos 5:8).

3- En verdad Dios nos ama. Se interesa por nuestro bienestar y está pendiente a todo aspecto de nuestra vida. Desea que nos salvemos y vivamos a su lado para siempre. Para salvarnos envió a su hijo la primera vez (Juan 3:17) y para que no nos perdamos no lo ha enviado una segunda vez (2Pedro 3:9).

4- Por ese amor y esa misericordia nos ha dado una oportunidad para que seamos perdonados de nuestros pecados y heredemos su reino. “En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados” (1Juan 4:10). Has recibido una oportunidad de escapar de esta perversa generación y hallarle sentido a tu existencia sirviéndole al Dios verdadero. ¿Qué vas a hacer con esa oportunidad?


III- EN NINGUN OTRO HAY SALVACIÓN (HECHOS 4:12).

1- Si queremos ser salvos debemos pensar en Jesús. Él es absolutamente imprescindible, por es el autor y consumados de la fe (Hebreos 12:1,2). Él es nuestra única esperanza de obtener el perdón y la liberación de nuestros pecados. El pecado es una deuda que no podemos pagar, pero Cristo pagó el precio por nosotros
2- Sólo Cristo venció sobre la muerte y el pecado (Hebreos 2:14). Él quita la pared que nos separa del Padre (Isaías 59:1-2) y nos abre las puertas de todas las bendiciones espirituales (Efesios 1:3).

3- Jesús mismo dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino no es por mí” (Juan 14:6). No hay otro camino que nos conduzca al Padre (Efesios 2:18,19), ni otra puerta por donde entrar al cielo (Juan 10:9).

4- El apóstol Pedro preguntó: “¿A quién iremos?(Juan 6:68). Nosotros nos hacemos la misma pregunta: ¿A quién iremos? Si sólo Él es digno (Apocalipsis 5:8-14), si sólo Él tiene todo poder en el cielo y en la tierra. Si sólo en Él habita corporalmente TODA la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9). ¿A quién iremos si existe un solo mediador entre nosotros y Dios (1Timoteo 2:5).? ¿A quien iremos si ninguno puede poner otro fundamento que el que está puesto el cual es Cristo (1Corintios 3:11)? ¿A quién iremos si El tiene palabras de Vida Eterna?

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