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jueves, 5 de mayo de 2011

SACA AL DIABLO DE TU MATRIMONIO (1 de 2)

Basta con observar las fotos de una boda para darnos cuenta que una pareja se casa con la ilusión de que van a ser felices. Ese anhelo podría ser realidad, pero el roce diario, la rutina, las presiones del trabajo, los niños, las limitantes económicas, las incomprensiones y otros varios factores hacen que la relación matrimonial se deteriore. El más grave error que puede cometer una pareja es dejar que los conflictos se acumulen.

La Biblia dice “Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, pues de otra manera se daría lugar al demonio.” (Efesios 4:26,27). (Versión hispanoamericana).

Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo. (Versión Dios habla hoy).

No permitan que la ira los haga cometer pecados; que la noche no los sorprenda enojados. No les den ninguna oportunidad al diablo para que los derrote” (Versión La palabra de Dios para todos).

¿COMO SE INICIA TODO?

Lo primero que se deteriora en la pareja es la comunicación. Cuando las incomprensiones del día no se resuelven ese mismo día, le damos lugar al Diablo en nuestro matrimonio. Y ¿Qué podemos esperar si le abrimos la puerta a Satanás? . La Biblia lo describe como padre de mentira, homicidas, dragón, serpiente antigua, león rugiente, opresor e intrigante (Ver Juan 8:44; Apocalipsis 12:9,10; 1Pedro 5:8; Hechos 10:38; 2Corintios 2:11). Él solo viene para matar, hurtar y destruir (Juan 10:10). Si Satanás puede aislarlos y evitar que hablen de sus problemas para buscarle solución, entonces habrá logrando un primer y gigantesco paso hacia la división y el fracaso de ese matrimonio.

La falta o la mala comunicación conducen a la hostilidad. ¿Hay hostilidad en su vida matrimonial?. Si su respuesta es NO, le invito a pensarlo 2 veces. ¿Acaso es usted de los que dicen que no sienten nada, sino solo indiferencia?. Déjeme explicarle que la actitud de indiferencia en el matrimonio es el resultado directo de una ira reprimida, la cual conduce al resentimiento y a la amargura. Esto muchas veces por debajo de la superficie, pero igualmente venenoso para la relación. La ira y el resentimiento a su vez conducen a la depresión y a la insensibilidad emocional, es decir, que usted no siente ni felicidad ni tristeza. Se trata por tanto de un mecanismo de defensa emocional, pero si se persiste en su uso puede causar daños muy serios.

Es necesario reconocer que una actitud negativa representa una energía mental tan fuerte que no puede pasarse por alto ni esconderse. Tratar de mantener o esconder esa energía síquica hace que invirtamos tanto esfuerzo emocional que terminamos agotados y deprimidos.

Ahora bien, es más importante aún saber donde se origina todo esto. Repito lo que la Biblia dice: Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, .pues de otra manera se daría lugar al demonio.” (Efesios 4:26,27). Usted se acuesta enojado, pero amanece resentido y posteriormente amargado. Luego tratar de vivir con ese resentimiento le deprimirá y agotará por completo en términos emocionales y espirituales; como veremos más adelante.

Observe que el Señor no dice qué no nos enojemos, sino que no permitamos que ese enojo nos lleve a pecar y a abrirle las puertas al diablo. Hay urgencia de aprender a manejar la ira.

Dios ha llamado a la pareja a que se amen con una clase de amor tan grande como el que Cristo siente por su iglesia. Tenemos la gran responsabilidad ante el mundo de reflejar el amor de Cristo y de su iglesia. Pero esta clase de amor no puede crecer en el mismo corazón que tenga actitudes negativas y malos sentimiento como la ira, la amargura, el orgullo, la desilusión y la hostilidad., Una misma fuente no puede echar agua dulce y amarga (Santiago 3). No importa que sea hostilidad velada porque al final resultará igualmente mortal para su relación, a menos que se disponga ahora mismo con todas sus fuerzas y la ayuda de Dios a enfrentarla.

Hay personas que sienten tanta ira por su pareja que desearían verle sufrir un grave daño y hasta la muerte, con tal de ellos verse vengados. No se dan cuenta que están pecando y que ponen en riesgo su relación con Dios y la salvación de su alma. 1Juan 3:14, 15 dice: “pues el amor a nuestros hermanos es para nosotros el signo de que hemos pasado de la muerte a la vida.. El que no ama está en un estado de muerte. El que odia a su hermano es un asesino, y, como saben, ningún asesino tiene la vida eterna.”

Hay otras personas que dice: “Me ha causado tanto dolor que ahora aunque me baje el cielo no responderé a su amor”. Este tipo de persona a elegido la indiferencia y el desinterés total como la respuesta adecuada a su situación. En realidad están amargados.

La palabra “Amargura” significa cortar, agujerear, punzar y penetrar. Eso es precisamente lo que nos hacemos y le hacemos a los demás cuando atesoramos en nuestro corazón esta clase de sentimientos. El más afectado es usted, pues la ira y la amargura producen problemas serios de salud física y mental. Pueden acarrear ulceras, gastritis, dolores lumbares, dolores de cabeza, insomnio, agotamiento físico, ansiedad, mal humor, irritación, problemas nerviosos, problemas del hígado y el corazón, y hasta cáncer.

El apóstol Pablo después de aconsejar que no se ponga el sol sobre nuestro enojo, dice en Efesios 4:30-31: No entristezcan al Espíritu santo de Dios; éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación. .Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad”

El Espíritu Santo quiere trabajar en nuestras vidas y llenarnos de gozo, pero lo entristecemos cuando hay en nosotros disgustos, enojos, ofensas y toda clase de maldad. Otra versión dice: Amarguras, enojo, ira, gritería y maledicencia.

El texto pide que sea arrancado todo esto DE RAÍZ. En Hebreos 12:15 dice: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; “. ¿Puede ver como esto afecta su vida espiritual y la de otros?.

UNA SOLA RAÍZ DE AMARGURA PUEDE ESTORBAR A MUCHAS PERSONAS

Hay que ir a la fuente del problema; a su raíz. Santiago 4:1 dice: “ ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? .” Es en el corazón nuestro donde habitan esas pasiones que nos afectan (Marcos 7:21-23). Es allí donde está la raíz del problema que puede impedir que alcancemos la gracia de Dios y que puede estorbar y contaminar a muchos. Entre esos muchos estamos nosotros mismos, nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros padres y suegros, nuestros yernos, amigos cercanos, hermanos de la iglesia y sociedad en general, la cual termina sufriendo los efectos de hogares mal llevados o destruidos. ESTO ES LO QUE PASA CUANDO SE LE DA LUGAR AL DIABLO.

¿Cómo superar este problema?. (lo veremos en la parte 2)




1 comentario:

Anónimo dijo...

El diablo anda como leon rugiente buscando aquien deborar.