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martes, 3 de agosto de 2010

Los niños, el futuro...





Los niños, el futuro...
Por Angela Bello

A veces hablamos de lo paradójica que puede resultar la vida y hoy ha sido uno de esos días, pues me encontraba leyendo las noticias de actualidad cuando observé las hermosas fotografías de la boda de Chelsa, hija de los Clinton, leía opiniones que recogían diversos medios de información, quienes enfocaban el tema según el punto que les interesaba resaltar, ya sea que no fue invitado el Presidente Obama, que el bizcocho era sin gluten, que el vestido tenia perlas, etc. todos los medios reseñaban algo de la famosa boda.
En lo personal aunque no estoy de acuerdo en que se gaste tanto en un evento, ya solo me limito a pedirle a Dios que me ayude a hacer las cosas en su justa medida, pues decir que fue excesivo el gasto de tres o más millones que se estima costó esta celebración, sería olvidar que he visto muchos padres de pocos recursos dejar en una fiesta de primer añito de su bebe, o los 15 de su niña, todo el salario de un año, he sabido de quienes ponen en hipoteca su casa y otros que se amargan por no poder ofrecer una fiesta; lo que me hace quedar clara en que sin importar condición social, los seres humanos sienten esa necesidad de proclamar a lo alto sus logros o cambios y creen que se debe hacer por todo lo alto, aunque cueste mucho o demasiado.

Es por eso que he llegado a la conclusión que debo orar mucho para no caer en esa debilidad. (1Corintios 10:12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”). Ya pasado unos minutos de prensa rosa, sigo mirando leyendo y me topo con un titulo "los agujeros Negros" y un subtitulo "Niños que Malviven el presente", dejé atrás la impresionante fotografía del ramo de flores, y vi unos ojos llenos de lagrimas, aquellos que Cristo vió cuando dijo, "Dejad a los niños venir a mi, y no se los impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos" Mateo 19:14; entonces empecé a leer el articulo y como un reflector fué la cifra "Más de mil millones de personas viven en el mundo con menos de un dólar diario y más de dos mil, con menos de dos. La mitad de ellos son niños", a la verdad que es bastante paradójico, que en un lugar del mundo pueda haber tanto y en otro no haber nada, más que la mayor muestra de que debemos cambiar, que hemos dejado de ver los niños como el futuro, que sus llagas serán las ulceras del porvenir y su llanto los ríos de desgracia que se desbordan.

La vida puede parecernos injusta, pero en verdad cada uno de nosotros queremos darle a nuestros hijos lo mejor y como padres a eso estamos llamados, pero hay dos extremos que debemos evitar, el no darle lo que necesitan y el darle tanto sin pensar en que a tan solo un clip, al abrir nuestras puertas o al pasar por un semáforo, hay un infantil rostro que clama por nuestra atención.
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo” Mat. 18:5


Ángela Bello

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