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jueves, 12 de agosto de 2010

COMO HACER MÁS EFECTIVAS NUESTRAS PREDICACIONES (Ultima parte)

I- COMPORTECE CON SABIDURÍA ESPIRITUAL.


a) Muestre interés por la persona, por sus problemas, por sus necesidades. Esto hará que se sienta confortable y sabrá que usted tiene una amorosa motivación para lo que hace. Recuerde que lo que hacía de Cristo un imán para las personas no era solo que sanaba las enfermedades y que hablaba como nadie, sino que mostraba simpatía por los pecadores. En Lucas 15:1,2 dice: “Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come”.

b) El apóstol Pablo es también un buen ejemplo de este tipo de comportamiento. Por favor, lea detenidamente la siguiente cita: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos PARA GANAR AL MAYOR NÚMERO. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque y no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a TODOS ME HE HECHO DE TODO, PARA QUE DE TODOS MODOS SALVE A ALGUNO”. (1Corintios 9:19-22).

c) Hable de lo que interesa a la persona, sin dejar que todo el tiempo se invierta solo en satisfacer curiosidades que poco tengan que ver con el hecho del que él es un pecador y necesita urgentemente la salvación de su alma (1Corintios 2:1-5).

d) Cuídese de hablar y hablar sin permitir a la persona que se exprese. Es bueno contestar sus preguntas porque eso irá eliminando barreras mentales que le impiden llegar a Cristo, pero también hágale usted preguntas para que él capte los conceptos por sí mismo (Ver un ejemplo en Lucas 10:25-37).

e) Evalúe sus necesidades y capacidades. Haga como un buen médico, el cual conversa con su paciente, le hace una revisión física, le hace análisis y luego que tiene un buen diagnostico, entonces le propone un tratamiento. Tenga un encuentro con la persona, donde fijen día, hora, lugar y frecuencia de cada encuentro. Luego sea totalmente estricto consigo mismo para cumplir con lo acordado. Todo contratiempo que impida el encuentro usted deberá informarlo con suficiente tiempo, siempre que sea posible.

f) Una vez hecho este contacto, entonces elija el método que usted consideró más adecuado para tratar con la persona. En ocasiones se necesitará comenzar desde cero, enseñando a la persona hasta a buscar en la Biblia. En otras, usted se limitará a temas que tiene que ver con la iglesia, pues la persona ya está familiarizado con la Biblia, a veces incluso ha aceptado a Cristo, pero no sabe a cual iglesia ir. Cada caso ameritará un tratamiento diferente.

g) Aproveche en caliente. Recuerde que el enemigo trabaja para quitar la semilla del corazón (Lucas 8:11,12).

h) Haga una invasión por aire, mar y tierra. Es decir, use todos los recursos de que dispone: La literatura impresa, la radio (Póngalo a oír el programa), los cultos en las casas (Si lo ve conveniente propóngale uno), las reuniones en la iglesia (Siempre invítelo), los sitios en Internet, etc.



II- OTRAS CONSIDERACIONES IMPORTANTES.



a) Lleve otro hermano con usted. Así lo hizo Jesucristo (Lucas 10:1). Sobre todo, evite ir solo a predicar a una persona del sexo opuesto.


b) Tenga cuidado de presentar como una motivación para la conversión motivos secundarios por encima de los primarios. Por ejemplo, un motivo secundario sería que si la persona se convierte y deja de fumar su salud mejorará o ahorrara dinero. Eso es cierto, pero lo más importante es que estará haciendo la voluntad del creador y salvará su alma.


c) No canse a la persona. Si nota señales de cansancio, proponga un descanso de algunos días. A veces, hay que retirarse y dejar a Dios solo trabajando con la persona, sobre todo, cuando usted ya le ha anunciado todo lo que necesita hacer para ser salvo. Se podría sorprender de ver como cambia el ambiente luego de un tiempo.

d) Por otro lado, no se canse usted. Si ve a la persona interesada, no le abandone, aunque no haya obtenido un fruto visible, deje que Dios siga obrando por vía suya.

e) Tenga pendiente que el ejemplo es la mejor predicación (1Pedro 3:1). Evite hacer cosas que desdigan de su mensaje.

f) Si trata con un creyente en Cristo que está en una religión de hombres, evite el choque frontal. Hay una sugerencia que dice que si usted ve un perro con un hueso y trata de quitarselo, lo morderá, porque es lo único que tiene. Si en lugar de eso, usted le muestra un delisioso pedazo de chuleta, entonces el no tardará en soltar el hueso y tomar la carne. En otras palabra, muestre las bondades del evangelio de Cristo y de servir y sujetarse solo a él, y usted verá como las personas iran dejando los mandamientos y tradiciones de los hombre para buscar del Señor. No se desanime si alguno no lo hace, pues hay también personas que aman más la gloria de los hombre que la de Dios (Juan 12:42,43).

g) Predique a Cristo, no a la iglesia. Cristo era, y es el tema de predicación de la iglesia. “Y todos los días, en el templo y por las casas, NO CESABAN DE ENSEÑAR Y PREDICAR A JESUCRISTO (Hechos 5:42). (Vea también Hechos 8:5; 11:20-22). Cuando la persona se convierte a Cristo aprende que Cristo edificó su iglesia, y que debe ser parte de ella, pero hay que cuidarse de que se convierta a Cristo y no a un sistema religioso.

h) Esta sugerencia ha sido puesta al final a propósito. Todo lo que hemos dicho tendrá poco efecto, si descuidamos la oración. Pablo pide la oración para que Dios le abra puertas para el evangelio (Colosenses 4:2) y para que le de palabra para hablar con sabiduría (Efesios 6:18,19). Ore por esa persona que usted le quiere hablar. Pida a Dios que le abra puerta y le de sabiduría. Hágalo con todo el corazón y Dios le bendecirá.


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