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miércoles, 3 de febrero de 2010

ALGO NO ANDA BIEN

Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado a 18 millas en las afueras de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar. Estábamos bien adentro del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mi siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.

Un día mi padre me pidió que le llevara a la ciudad para atender una conferencia que duraba el día entero y yo salté a la oportunidad. Como iba a la ciudad, mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y, como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el auto al taller. Cuando despedí a mi padre el me dijo: "Nos vemos aquí a las 5 p.m. para irnos a casa".

Después de muy rápidamente completar todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me enfoqué tanto con una película de John Wayne que me olvidé del tiempo. Eran las 5:30 p. m. cuando me acordé. Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p.m. El me preguntó con ansiedad: "¿Por qué llegas tarde?" Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne; entonces le dije que el auto no estaba listo y tuve que esperar... esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.

Cuando se dio cuenta que había mentido, me dijo: "Algo no anda bien en la manera que te he criado que no te ha dado la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar qué es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 18 millas a la casa y pensar sobre esto". Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos de terracería, sin iluminación. No lo podía dejar solo... así que yo manejé 5 horas y media detrás de él...viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.

Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir.

Autor: Dr. Arun Gandhi


En importante que recordemos que la mentira fue el medio usado por Satanás para introducir el pecado al mundo y traer el dolor y la maldición (Génesis 3). Una sola mentira puede echar a perder nuestra credibilidad y la confianza que se ha depositado en nosotros.

"Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros" (Efesios 5:25)

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