Servimos a un Dios santo que espera de nosotros santidad (1 Pedro 1:14-16).
La santidad es una vida apartada del pecado y consagrada a Dios (1Tesalonisenses4:7).
La santidad nos obliga a renunciar a todo lo oculto y vergonzoso (2 Timoteo 2:15)
La santidad nos lleva a un estilo de vida transparente, igual que Cristo (1Juan 2:3,4).
La santidad es un proceso (Romanos 6:22). Incluye renunciar a los deseos mundanos (Tito 2:11,12) . Huir del pecado (2 Timoteo 2:21,22). Aborrecer lo malo y buscar lo bueno (Romanos 12:9).
La santidad se perfecciona en el temor de Dios (2Corintios 7:1,2)
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