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jueves, 4 de junio de 2009

¿Que es lo que necesitamos?

En una entrevista que le hicieron a la hija de Billy Granham (Anne Granham) le preguntaron ¿como pudo Dios permitir que sucedieran los ataques del 11 de Septiembre del 2001. Ella dio una respuesta interesante y llena de sabiduría. Dijo, “Al igual que nosotros, creo que Dios està profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Èl es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé su bendición y su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?.
Amigo lector, analizando las cosas que han ocurrido en el mundo y que están ocurriendo en nuestro país, debemos estar preocupados. Las estadísticas dicen que màs de la mitad de los hogares modernos naufragan en las aguas del divorcio. ¿Sabe usted las consecuencias tristes que provoca un divorcio en los conjugues y en los hijos?. En nuestro país 39 de cada 100 niños que nacen son hijos de madres solteras. Una de cada 5 embarazadas termina abortando la criatura que lleva en su vientre. Se estima que cada año se realizan en nuestro país de 80 a 100 mil abortos. Se estima que las cifras a nivel mundial alcanza los 60 millones por año. Màs de 73 de cada cien de nuestros adolescentes comienzan sus vidas sexuales antes de los 15 años, y ni hablar de los embarazos y otras consecuencias. Los informes estadísticos muestran que cada vez son màs frecuentes los casos de alcoholismo en niños de entre 10 y 12 años y de niños y adolescentes que son abusados sexualmente. En nuestro país se reportan màs de 50 casos por mes, sin los que quedan en el silencio. La mayoría de estos casos de abusos vienen de familiares y relacionados de estos niños y adolescentes. En el año 2002 se reportaron màs de 9600 casos de violencia intrafamiliar y la lista se alarga cada vez màs. ¿Qué es lo que està pasando? ¿Por què hoy tenemos que preocuparnos tanto de cosas que hasta hace poco casi no se mencionaban. La Biblia tiene la respuesta: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios les entrego a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen...” (Romanos 1:28). Nosotros al igual que otras sociedades llamadas “Modernas” hemos sacado a Dios de nuestros hogares. Hemos aprobados los divorcios que Dios condena y hasta los hemos glorificado. Hemos permitido que se enseñe la teoría falsa de la evolución en las escuelas en lugar de las verdades Bíblicas. Hemos permitido que a nuestros hijos se les reparta preservativos para que practique “Con seguridad” el sexo. Pero no les hemos dado el preservativo moral de la castidad, no les hemos provisto del debido ejemplo para que ellos nos imiten. Hoy en la televisión el lenguaje es en su mayoría indecente y las imágenes por igual. ¿Entonces, debemos extrañarnos de que las cosas estén asì?. Amigo lector, simplemente hemos dejado fuera a Dios de nuestra sociedad y de nuestras vidas, y ya estamos pagando las consecuencia. Nuestra sociedad cada vez se corrompe màs y pasan muchas cosas que nunca nos habìa imaginado que pasaran aquí. Tal vez no estamos tan lejos de que nos pasen cosas tan graves como las que sucedieron el 11 de Septiembre y no debemos preguntar ¿Por qué Dios lo permite?, porque ya sabemos la respuesta.
¿Què es lo que necesitamos?. Lo que necesitamos es darle a Dios su espacio en cada célula de la sociedad. En nuestra vida, en nuestro hogar, en nuestras escuelas, en el gobierno, etc. Cristo es la vía para llegar a Dios...”Nadie viene al padre sino por mi”. Lo que nos esta ocurriendo no es otra cosa que advertencias divinas para que nos arrepintamos y nos volvamos a El. (Apocalipsis 9:20,21).
Volvamos a la verdad que es Cristo. Èl nos puede enseñar el camino por donde debemos andar. Si obedecemos a su verdad será purificada nuestra alma (1Pedro 1:22) y seremos añadidos por Cristo mismo a su iglesia la cual el edifico (Mateo 16:18) Y compro con su sangre (Hechos 20:28). Donde esperaremos al salvador, el cual nos librará para siempre del presente siglo malo (Gálatas 1:4)

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