Empezaría con una pregunta: ¿Dónde te encuentras en este momento? Quizás un día como hoy sientas que eres ignorado, que no eres tenido en cuenta, que pasas desapercibido. Otros se muestran, tal vez toman el fruto de nuestro trabajo y esfuerzo, para quedar bien delante de los demás. Mientras ellos actúan y se llevan los aplausos, nosotros estamos detrás del telón. Así transcurre el tiempo, alejados del escenario, entretanto otros son recompensados.
Esto es así sin lugar a dudas para el mundo. Pero para Dios no. El sabe donde nos encontramos escondidos y olvidados y a su tiempo nos levantará y exaltará. El se encargará de tomarnos del lugar en que nos encontremos y nos mostrará. Samuel vino a casa de Isaí, para ungir al próximo rey de Israel. Aquel día el padre de familia sentó a todos sus hijos en la mesa y los presentó al profeta. Sin embargo a propósito dejo a su hijo menor por fuera de la convocatoria. Quizás Isaí haya pensado que su hijo no calificaría para estar en aquella reunión. Tal vez pensó, que mientras ellos atendían la visita, David por ser tan insignificante se ocupará de los oficios domésticos.
Me llama la atención, que no vemos a David quejándose o murmurando por esto, al contrario hace su trabajo con gozo, con alegría. Ocupa su tiempo en medio de los quehaceres para alabar a Dios. Su familia prefiere pasarlo por alto. No lo tiene en cuenta. No lo invitan a la fiesta. Pero hay un Dios en los cielos que lo esta mirando. Y aquel día Dios hizo de David, alguien importante.
Dios tomo al que estaba oculto y lo mostró. No pudieron cenar hasta que el no llego. Fue ungido delante de sus hermanos. David fue engrandecido ante los ojos de aquellos que lo habían menospreciado. La gracia de Dios, ahora estaba sobre él.
No importa que tan ocultos o escondidos nos encontremos. No importa que nos hayan cerrado las puertas para que nadie nos vea. No importa que no nos llamen o no nos inviten. ¡No importa que el mundo entero se olvide de nosotros! ¡Hasta allí llegará Dios, para tomarnos, levantarnos y mostrarnos a un mundo que no nos conocía! Todos verán la gracia de Dios en nuestras vidas. Y mientras aquellos que nos olvidaron pasan, nosotros seremos vigentes para un mundo de oportunidades, que Dios ha preparado de antemano para nosotros.
David era una persona anónima, nadie lo conocía, nadie sabía de él. Pero a partir de ese día todos lo empezaron a ver. Cuando Saúl, necesito en su corte a alguien que tocará para el, alguien dijo: “He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar,…”1 Samuel 16:18. Todos veían a hora a David. Veían su talento, sus capacidades, sus habilidades. No te preocupes. Dios no se ha olvidado de ti. A su tiempo el te exaltará. Como hizo con David así hará con nosotros. Que este sea el mejor día de tu vida.
“Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son estos todos tus hijos? Y el respondió: Queda aun el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que el venga aquí.” 1 Samuel 16:11.
Dios te bendiga extraordinariamente.
Ingrid Polanco
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